El senador republicano Ted Cruz insistió en que México debería aceptar la propuesta del presidente Donald Trump de que tropas estadounidenses ingresen al territorio de nuestro país para combatir a los cárteles, pues, aseguró, esto no debe entenderse como un intento de invasión, sino como un esfuerzo de cooperación bilateral.
Durante una conferencia en la embajada de Estados Unidos en México, Cruz afirmó que ambos países comparten un mismo objetivo: garantizar la seguridad.
“México debería aceptar nuestra oferta como amigos”, señaló, si bien reconoció las preocupaciones del Gobierno mexicano sobre la soberanía nacional.
“Comprensiblemente quieren proteger su soberanía, pero en Estados Unidos también queremos proteger la nuestra”, abundó, en declaraciones recogidas por agencias internacionales.
El senador sostuvo que la falta de control fronterizo por parte de la administración de Joe Biden, antecesor de Trump,permitió la entrada de 12 millones de migrantes indocumentados, lo que, en sus palabras, generó un aumento de crímenes en su país y fortaleció a las organizaciones criminales mexicanas.
Al respecto, citó un reporte de The New York Times que estima que las ganancias de los cárteles por el tráfico de personas pasaron de 500 millones de dólares en 2018 a 13 mil millones en 2022.
Cruz indicó que Estados Unidos ha apoyado a otros países en su lucha contra el crimen organizado y mencionó como ejemplo el Plan Colombia y la asistencia a El Salvador frente a pandillas como la MS13 y el Barrio 18.
Según el legislador, un esquema similar podría aplicarse en México.
Por otro lado, el senador republicano sostuvo encuentros en la capital mexicana con el canciller Juan Ramón de la Fuente, el embajador estadounidense Ronald Johnson y otros funcionarios, en los que abordaron temas de cooperación en seguridad, la relación económica, los acuerdos sobre distribución de agua del río Bravo y las tensiones comerciales relacionadas con el jitomate.
A propósito de su gira por la región, Cruz también visitó El Salvador y Panamá. En este último país recorrió el Canal de Panamá, donde advirtió que Estados Unidos no debe permitir que el Partido Comunista de China ejerza influencia estratégica sobre la vía interoceánica.