Pase lo que pase este martes (tiempo de Japón), Pacheco dirá adiós a su carrera, aunque reconoce que espera que sea con esa medalla olímpica
Incluso en la víspera de su despedida como clavadista, Rommel Pacheco disfruta el momento. Pase lo que pase este martes (tiempo de Japón), el yucateco dirá adiós a su carrera, aunque reconoce que espera que sea con esa medalla olímpica que tanto se le ha negado.
Por lo pronto, se siente satisfecho con clasificar a la semifinal del trampolín individual en el tercer puesto, lo que le confirma que vino a Tokio con los argumentos necesarios para subir al podio.
Pacheco avanzó en zona de podio, pero eso no significa que se confíe. De hecho, detecta falencias que espera pulir en la jornada que definirá a los medallistas, porque la semifinal será en la mañana y la final por la tarde.
«De las seis ejecuciones, tuve tres muy buenas, en tres hay que mejorar, pero nada está escrito», recuerda. «Mañana es mi último día como clavadista, de entrenar, de hacer lo que hago; lo disfruto y lo gozo»
«Estoy contento por el resultado. Por mí, que ya la dejen así y nos colgamos la medalla, ¿no?», bromea. «Pero ésta apenas es la preliminar, la experiencia también me da esa mesura para realizar ejecuciones». «Por lo regular, las preliminares son complicadas, hasta los mejores fallan, pero hay que dar el primer paso. En la semifinal, hay que dar el segundo y estar en la final para poder pensar en una medalla».