


Moscú. Ucrania vivió la madrugada de este sábado el segundo ataque consecutivo de Rusia, masivo y combinado de misiles, drones y bombas aéreas, pero de menor intensidad que el del día anterior, esta vez con 206 drones y nueve misiles, así como un número no cuantificado de bombas aéreas guiadas, que sobre todo se concentraron contra la ciudad de Járkov, la segunda más importante del vecino país eslavo.
El ministerio de Defensa ruso, mediante un parte de guerra, confirmó haber lanzado durante la madrugada “armas de alta precisión y largo alcance, así como aparatos aéreos no tripulados contra fábricas de la industria militar, talleres de ensamblaje de drones de asalto, centros de mantenimiento técnico y reparación de equipos militares, así como almacenes de municiones del ejército ucranio”. Aseguró, como siempre, que “se destruyeron todos los objetivos programados”.
La fuerza aérea de Ucrania, dependencia que suele informar sobre los resultados logrados por sus sistemas de defensa antiaérea después del enésimo ataque ruso, aseguró este sábado haber derribado o neutralizado con interferencias electrónicas 167 de los 206 drones, así como siete de los nueve misiles. Los dos que impactaron en el blanco eran misiles balísticos Iskander-M, los restantes siete, uno misil de crucero Iskander-K y los otros seis, misiles guiados KH 59/56 disparados desde aviones de combate.
También dio a conocer que pudo derribar un cazabombardero ruso Su-35 en el área de Kursk y subió a sus redes sociales un video que muestra un avión ardiendo en el suelo, grabado desde el aire.
Varios blogueros rusos que apoyan la “operación militar especial” en Telegram, y que son una fuente de información extraoficial cuando el ministerio de Defensa prefiere ignorar noticias desagradables, confirmaron el derribo del avión de combate y celebraron que el piloto logró catapultarse. “Perdimos un Su-35C en la región de Kursk el piloto se salvó”, escribió el canal Fighterbomber, ligado a la fuerza aérea rusa.
En la madrugada la ciudad de Járkov, según su alcalde Igor Terejov, recibió 48 impactos de misiles, drones y bombas KAB (siglas en ruso de bombas aéreas guiadas), que causaron al menos ocho muertos y más de 40 heridos. Durante el día, Járkov volvió a ser atacada con dos bombas KAB más, que dejaron cinco víctimas, de acuerdo con Oleg Siniegubov, jefe de la administración política-militar de la región.
Canje, en suspenso
Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente de retrasar el intercambio de prisioneros de guerra que estaba previsto para este fin de semana, el único resultado del reciente segundo encuentro de negociadores en Estambul.
El equipo de Vladimir Medinsky, jefe del grupo ruso que negocia con Ucrania, afirmó este sábado que está lista para empezar el intercambio de prisioneros de guerra menores de 25 años y gravemente heridos, así como de los restos de soldados caídos en combate, pero Ucrania decidió posponer indefinidamente el canje.
“La parte ucrania pospuso de modo indefinido la recepción de cadáveres y el intercambio de prisioneros. Por alguna razón, el grupo de negociadores ucranios ni siquiera acudió al sitio del canje. Ofrecen diversas explicaciones y todas son bastante extrañas”, declaró a la televisión local Aleksandr Fomin, viceministro de Defensa y miembro de la delegación rusa.
Más tarde, en redes sociales, el propio Medinsky afirmó que la “primera partida de mil 212 cadáveres congelados” ya llegó en camiones refrigerados y los restantes están en camino.
“Estamos en el lugar acordado. Estamos listos para trabajar, Los canales de televisión, las agencias de noticias y los reporteros de medios extranjeros pueden venir y comprobar que esto es así. Rusia siempre cumple su palabra”, retó Medinsky.
Ucrania, a través de su ministerio de Defensa, acusó a Rusia de “crear obstáculos artificiales y hacer declaraciones falsas para evitar devolver a los prisioneros ucranios”.
Argumenta que la parte rusa presentó “listas que no se corresponden con el enfoque acordado, le enviamos los comentarios pertinentes y, en lugar de responder, emprendió acciones unilaterales sobre el canje de soldados caídos en combate, sin haber concertado un fecha para ello”.
Después, Rustem Umerov, ministro de Defensa y jefe de los negociadores ucranios, lamentó: “En lugar de un diálogo constructivo, nos enfrentamos una vez más a manipulación e intentos de instrumentalizar cuestiones humanitarias delicadas con fines mediáticos”.
Umerov instó a Medinsky a “poner fin al juego sucio” y retomar el trabajo constructivo para cumplir lo acordado “en los próximos días”.