Buque tanque detenido cerca de un puerto. Foto: Pixel.
Petróleos Mexicanos (Pemex) rentó al menos 70 buques tanque de transporte de combustible como terminales de almacenamiento ante la saturación de su infraestructura originada por la falta de demanda.
“Están rentando buques. La empresa va a Corea del Sur, India y Asia para encontrar barcos y guardar el combustible. Son terminales de almacenamiento flotantes en el Pacífico y Golfo de México, para no parar lo que Pemex compró a futuro”, declaró en entrevista con Forbes México el presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas), Pablo González.
Por la situación en México de dos días almacenamiento promedio, contra un estándar internacional de 15 días, Pemex y empresas privadas están contratando flotillas de transporte para usarlos no solo para distribución, sino como almacenamiento, coincidió Álvaro Vallejo, director de Oil & Gas para la firma SGS México.
Un botón de muestra: sólo en el puerto de Coatzacoalcos hay al menos 40 buquetanques varados. La embarcación Valle Bianca arribó al puerto desde el pasado 30 de marzo, según el sitio Marine Traffic.
González detalló que la empresa productiva del Estado compró dos embarques “grandes” el pasado 5 de marzo y apenas están llegando a costas mexicanas, y luego contrataron nueve más de Corea del Sur y que estarán estacionados en puertos mexicanos ante la falta de almacenamiento.
La compañía que dirige Octavio Romero Oropeza posee 77 Terminales de Almacenamiento y Reparto (TAR) con una capacidad para 11 millones de barriles de petrolíferos, según datos de la Secretaría de Energía (Sener).
Cada buquetanque tiene una capacidad de 200,000 a 300,000 barriles que equivale a la capacidad de una terminal de Pemex. Por ejemplo, las terminales “El Castillo” y “Zapopan” tienen capacidad para almacenar hasta 800,000 barriles pero están casi llenas, advirtió González.
El costo diario por cada embarcación varada es de 20,000 a 30,000 dólares, dependiendo de su tamaño, precisó Vallejo.
El combustible por barco viene principalmente de Houston, Texas, y llega a los puertos de Tuxpan, Pajaritos, y en menor medida a Veracruz. Por ese punto de internación utiliza un poliducto que llega hasta el puerto de Salina Cruz, Oaxaca, donde salen buquetanques que llevan combustible hasta Manzanillo, Mazatlán y Rosarito.
Forbes México consultó a Pemex sobre el tema, pero no obtuvo respuesta hasta esta publicación.
Además del costo que impacta a la empresa petrolera más endeudada del mundo, existe el riesgo de contaminación por tener demasiado tiempo almacenado el combustible en lugares que no están diseñados para guardarlo a largo plazo.
“Por tiempos muy prolongados, este almacenaje puede degradar ciertos parámetros. Es importante el monitoreo muy estricto de este almacenaje para tener la certeza de que cumpla con todos los estándares”, agregó el directivo de la compañía especializada en inspección, pruebas y verificaciones industriales.
La razón detrás de esta situación es la pandemia de coronavirus que ha llevado al mínimo la demanda mundial de energéticos con cuarentenas en los países, restricciones de viajes y un cese casi total de la actividad económica, y México no es la excepción.
La Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo) enfrenta un desplome de ventas de 60% en promedio y prevé que la cifra se hunda hasta 80% durante la fase tres de la emergencia sanitaria.
Aquí la historia completa: Ventas de gasolina se desplomarán 80% en fase 3 del coronavirus
Gónzalez consideró que Pemex no tiene otra opción mas que el almacenamiento flotante, pues Estados Unidos tiene el mismo problema y no pueden hacer nada, pues construir terminales toma entre dos y tres años.
“Es un problema que no se puede resolver hasta que los automotores se muevan otra vez. Nadie puede predecir cuándo va a terminar el problema del virus covid-19, cuándo volverán a salir esos 35 millones de automóviles detenidos”, concluyó el empresario gasolinero.
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