París, Francia, decretó este lunes el estado de alerta máxima por el avance de la pandemia de coronavirus, lo que conlleva al cierre de todos sus cafés y bares, pero sus restaurantes podrán permanecer abiertos, siempre y cuando respeten nuevas medidas sanitarias.
«Entramos en una nueva fase», declaró en tono solemne la alcaldesa Anne Hidalgo, en una conferencia de prensa en la que detalló las nuevas restricciones que se aplicarán a partir del martes en París y en su periferia más cercana, un territorio de más de 7 millones de personas, para frenar la cadena de contagio.
Además de los cafés y bares, considerados como lugares en los que el riesgo de contagio es mayor, permanecerán cerrados los gimnasios y seguirán prohibidos los eventos con más de mil personas así como las reuniones de más de 10 personas en los espacios públicos.
Los restaurantes, en cambio, podrán permanecer abiertos, siempre y cuando respeten nuevas medidas sanitarias de seguridad, como limitar los grupos de comensales a 6 personas, poner un dispensador de gel desinfectante de manos en cada mesa y la posibilidad de que los clientes se quiten la mascarilla sólo para comer y no durante la sobremesa.
Después de un confinamiento férreo de dos meses que ayudó a frenar la pandemia, los contagios se han vuelto a disparar desde hace unas semanas en Francia, donde más de 32 mil personas han muerto de COVID-19.