CIUDAD DE MÉXICO.
Ni para qué hacer corajes.
Quizás el reallity show de Roberto Plazuelos suena como una broma pesada que nadie quiere ver, pero no lo es, existe y en él se proyecta el terrible machismo, clasismo y racismo de este empresario.
En el noveno episodio de ‘Palazuelos Mi Rey’, Roberto le hizo algunas recomendaciones a su hijo menor, sobre las mujeres, el amor y sobre todo le dejó claro que no debe casarse con alguien que no sea de ‘su raza’.
«Yo quiero tener nietos guapos, no quiero que Robertito vaya a desvariar…Cuida mucho tu raza, no te mezcles», le comentó Roberto a su hijo.
Además el actor le dijo a su hijo que el día que le presentara una novia guapa, le iba a regalar un auto de lujo.
Pero sin duda el deseo más absurdo del actor fue pedirle a su hijo que se casara por bienes mancomunados, para que su fortuna no terminara en manos de una mujer.
“Mira mijito si yo me llagara a morir, nada más júrame por dios que nunca en la vida te vas a casar por bienes mancomunados, que tú no le vas a dar todo el esfuerzo de mi vida a alguien que después te lo va a quitar” dijo Roberto Palazuelos.
No es la primera vez que Roberto se refiere a las mujeres como un objeto y que deja salir el macho que lleva dentro, pues para el actor, ser mujer, significa ser una interesada que haría cualquier cosa por dinero.
Además, como te contamos en esta nota, para Roberto las mujeres son solamente un objeto de diversión que sirven para satisfacer sus deseos sexuales, y bajo su retorcida moral, el califica a las ‘buenas mujeres’ a aquellas que creen en dios y que están dispuestas a ser madres.
Lo grave no solo son sus declaraciones, sino el ejemplo que éste le da a su hijo, un adolescente de 16 años, que ya se refiera a las mujeres como ‘viejas’, que quiere seguir el ejemplo de un macho que denigra y cosifica al sexo femenino.
Y aunque la crianza y la educación sean meramente una decisión de familia, las conductas machistas se aprenden y se heredan en los núcleos familiares.
‘Palazuelos Mi Rey’, podría ser una sátira estereotipada, pero contrario a lo que deja asomar su título, el programa es una carta abierta para la proyección al racismo, con un conductor que bajo un discurso aspiracional se ha ganado el privilegio de la voz en la televisión.