Muchos creen que el desarrollo de la industria espacial sólo se da en países como Estados Unidos, China y Rusia, pero la realidad es que muchas otras naciones cuentan con sus propios programas en beneficio de la investigación y los servicios en la Tierra. Es el caso de México que, lo creas o no, compite en el mercado espacial con productos propios y el día de ayer, con la ayuda de SpaceX, puso en órbita el nanosatélite D2/Altacom-1.
Denominada como la misión Transporter-2, utilizando un cohete Falcon-9 de SpaceX, la compañía de Elon Musk puso en órbita el nanosatélite D2/Altacom-1 del consorcio internacional Hyperactive, integrado por Nano Avionics, Dragonfly Aerospace y la empresa poblana Space JLTZ.
La intención de esta misión es básicamente educativa, pues diversas universidades y organismos tendrán acceso a datos y tecnología para formarse en habilidades que son muy valoradas en la actualidad.
Asimismo, el consorcio explicó que el D2/Atlacom-1 es un nanosatélite de observación de la Tierra que cuenta con un sensor hiperespectral que permite obtener procesamiento de imágenes captadas desde el espacio y estará orientado a beneficiar a sectores como el agroalimentario, automovilístico, transporte, infraestructura, inversionista, seguridad, gubernamental, entre muchos otros.