Si hay algo que no puede negar Bradley Cooper es que es un hombre lleno de carisma, y así lo demostró ayer cuando cautivó a 10 mil becarios que se dieron cita en México Siglo XXI y abarrotaron el Auditorio Nacional, donde el actor y productor, además de darles algunos consejos y compartir anécdotas, no dudó en halagar al cineasta mexicano Guillermo Del Toro, con quien trabajó en 2021 en El callejón de las almas perdidas.
En primer lugar, a Guillermo yo lo amo, es increíble, él me introdujo a una visión de cómo hacer películas, el uso de cierto equipo que yo nunca había visto antes, particularmente con una grúa que usa para escenas muy íntimas que yo nunca había visto y además imágenes estéticas de su imaginación, pero sobre todo me encanta estar con él, es una persona tan cálida, acogedora, muy apoyador en la industria, él ayuda a que la gente florezca de formas que nunca había visto antes y que a lo mejor no veré, es una persona muy especial y para mí él será mi amigo toda la vida, lo amo.
Ese rol fue muy oscuro, no disfrutable, excepto por él. Aprendí mucho, también una cosa importante de comentar, a lo mejor nos encontramos en una situación donde pensamos que cometimos un error o que no debimos estar ahí, sin embargo si confías en que vas a aprender algo y creo que eso fue lo que pasó con esta película, no sabía si había tomado la decisión correcta, pero esta experiencia fue invaluable, es parte de mi historia de vida”, dijo Cooper casi al inicio de su ponencia.
El actor no dudó en utilizar lo aprendido con Del Toro en la cinta de 2023, Maestro, en la que además de darle vida al compositor Leonard Bernstein también se dio a la tarea de dirigirla.
La dificultad de esa película (El callejón de las almas perdidas) realmente me preparó para Maestro, y sé que si no hubiera hecho ese proyecto no hubiera podido ser tan valiente para hacer ésta, de alguna manera tienes que caer en el lodo, tocar fondo y así fue para mí.
Él me dijo ‘tienes que hacer esto antes de hacer aquello’, yo pensé que estaba bromeando, pero no, tenía toda la razón, de alguna manera es mágico este hombre, es como un mago”, agregó.
El 12 veces nominado al premio Oscar también compartió con los chicos cómo fueron sus inicios en la actuación, su miedo a hablar en público y cómo después de ver El hombre elefante, de David
Lynch, se decidió a entrar en este mundo.
Me encantaban las historias, yo soñaba, decía que quería ser actor y se reían. Yo no intenté ser actor hasta después de la universidad por que le tenía terror a hablar en público, pero con el tiempo se me quitó.
Puedo decir en lo personal, que a mí me marcó la película de El hombre elefante, ahí decidí en serio que quería ser actor. Que es chistoso porque yo pensaba rendirme, hasta antes de hacer ¿Qué pasó ayer?, yo iba a tirar la toalla”, explicó.
Cooper está convencido de que para él la actuación no es una manera para recibir reconocimiento, para él es una forma de expresión, por lo que prefiere que las Águilas de Filadelfia ganen un Super Bowl a él ganar un Oscar.
Prefiero mil veces que las Águilas ganen un Super Bowl a yo ganar un Oscar, claro que sí. Mi trabajo no depende de los premios, el de ellos sí, ellos trabajan para eso, para ganar el trofeo. Vamos a tener una gran temporada y estamos jugando ahorita en Brasil contra los Empacadores de Green Bay, me lo voy a perder, pero está bien porque estoy aquí con ustedes. Espero que ganen, va a ser una gran temporada, fue un partido maravilloso el de los Jefes de Kansas contra los Cuervos de Baltimore.
Sería maravilloso ganar un Oscar, ¡claro que sí!, sería
irreal porque siempre he estado ahí y nunca he ganado uno, me volvería loco, pero no sé si me volverían a invitar a los Oscares o volvería a ser nominado, no lo sé, pero ya ser nominado para mí es maravilloso, así que quién sabe, pero sería increíble ganar uno”, subrayó.
El también productor de cintas como Joker y Ha nacido una estrella, donde compartió escena con Lady Gaga, les recomendó a los asistentes a México Siglo XXI que se rodeen de personas que los ayuden a crecer y que dejen de darle importancia a los comentarios de quienes no aportan a sus historias y comenzar a escribir las propias.
Hagan eso, a mí nadie me dio permiso, yo hice lo que tenía que hacer cuando había mucha gente que no me apoyó o quería que me fuera mal. Hagan eso, escriban sus propias historias, no esperen que alguien más las escriba por ustedes”, expresó Cooper, quien al término de su charla no dudó en tomarse una selfie con todos los presentes en el Auditorio Nacional.
“EN MÉXICO NO HAY HURACÁN QUE LOS VAYA A PARAR”
A sus 55 años, el chef José Andrés compartió con los asistentes a México Siglo XXI dos de sus secretos mejor guardados. Al ser chef, encontró en la comida la mejor manera para contar historias… porque son ahí donde se cuecen a fuego lento, y son esas historias las que lo han llevado a convertirse en un hombre que sabe que la solidaridad y la toma de riesgos son los elementos que pueden hacer que las cosas cambien y mejoren.
Para mí, la cocina no es un trabajo, siempre ha sido una pasión, no hay nada que me guste más que dar de comer a la gente, a los muchos, en mis restaurantes, y también a los muchos cuando a veces hay emergencias y acudimos. Dar de comer es muy bonito”, compartió el chef dueño de Oyamel, en Nueva York.
Desde pequeño, sus padres le enseñaron ayudar a los que lo necesitaban, a aquellos que podían estar en algún tipo de emergencia, y esa enseñanza lo llevó a crear World Central Kitchen en 2010, y lo trajo en 2023 a Acapulco para poder ayudar a los damnificados del puerto en cooperación con la gente del lugar.
En Acapulco no fue World Central Kitchen quien dio de comer, fueron los cocineros y la gente que dio de comer a Acapulco, en Ucrania fue la gente que dio de comer a Ucrania, al final los grandes problemas tienen soluciones muy sencillas. Un chef en Acapulco que se llama Lalo Plascencia ahí estaba al pie del cañón… cocineros, hoteleros, gente como Carlos Slim, militares, gente que lo dio todo sin que nadie tuviera que saberlo, al final es como se solucionan los problemas.
Aprendí que me puedo quedar en mi sofá pensando en lo que quisiera hacer o simplemente voy a tomar un avión y voy a aparecer y estar al lado del que me necesita. Empiezas con una comida, pero sin darte cuenta puedes llegar a dar millones de ellas. ¿Qué hacemos? Creamos familia, creamos equipo. Aprendí que son chingones y que en México no hay huracán que los vaya a parar”, expresó.