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María del Carmen Gil Castro, de la colonia Sonora, expresó que los platillos tradicionales como la capirotada y los mariscos durante la Cuaresma ahora son lujos para algunos cuantos habitantes, pues el resto resiente la pérdida del poder adquisitivo.
«Está muy caro todo, hasta los frijoles están caros y uno tiene que comer las cosas para las que alcanza el dinero, como nopales y quelites», abundó.
Otra ama del hogar, Balvaneda León López, de la colonia Nogalitos, coincidió en que cada año el salario es menos y los costos de algunos productos de la canasta básica son más altos.
«La manera de salir adelante es ajustarnos y comprar cosas que estén baratas», manifestó, «ni modo es Cuaresma pero si no hay para la capirotada pues qué le vamos a hacer».
Felicia Valenzuela, vecina de la colonia Aviación, dijo que incluso alguno de los productos como el nopal y quelites se da en los patios de las viviendas.
«La carne, el marisco y frijol, todo está muy caro, por eso tenemos que hacer otro tipo de comidas, incluso son las que nos daban nuestros papás y abuelos», aseveró.