La tribu Lipan Apache, asentada en Nogales, obtuvo el reconocimiento oficial como el noveno pueblo indígena de Sonora tras la aprobación del Congreso del Estado en diciembre del 2022, lo cual ayudará a garantizar sus derechos, así como a restaurar su historia, aseguró Joel Enrique Cabral Cruz.
El jefe de la tribu Lipan Apache mencionó que esta decisión de reconocimiento como un pueblo indígena de Sonora, junto con los Yaquis, Mayos, Guarijíos, Seris, Pimas, Cucapás, Ópatas y Kikapús, es el resultado de una lucha de casi 10 años.
“Estamos esperando que salga el decreto. Se metió y se hizo una petición, y fue favorable el resultado. Para empezar, a los apaches se nos tiene como un mito o leyenda, que nomás existimos en libros o películas de Hollywood, también se comete el error de decir que el apache no es de México, pero nosotros éramos seminómadas”, explicó en entrevista.
En ese sentido, resaltó que con estas nuevas disposiciones, con la reforma a la Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas de Sonora, se les garantiza su derecho a conservar y desarrollar su lengua, costumbres, usos, tradiciones, religión, indumentaria y, en general, todos aquellos rasgos culturales que los distingan.
Asimismo, se les reconocen derechos territoriales, así como de representatividad pública, como regidores étnicos, además de ser incluidos en los proyectos productivos que sean implementados a nivel federal, estatal o municipal.
Mientras tanto, afirmó que el asentamiento se encuentra ubicado en el municipio de Nogales, localizado en el camino a Mascareñas, cerca del ejido Adolfo López Mateos, donde la tribu logró comprar el terreno de siete hectáreas con apoyo de fundaciones estadounidenses como NDN Collective.
Además, puntualizó que se encuentran aproximadamente 200 apaches en Nogales, mientras que son otros 120 en Ímuris, al mismo tiempo que en Hermosillo y Caborca se encuentran varias familias; en ese sentido, resaltó que están en busca de realizar un censo y encontrar a más miembros de la tribu.
“El apache es mexicano y nunca ha dejado de serlo, lo que cambió fue la línea divisoria, la frontera; en Estados Unidos a los apaches se les puso en cárceles territoriales, o reservaciones, no podían salir de ahí; en México, junto al Gobierno de Estados Unidos, como éramos los más aguerridos, se llegó a pedir recompensas por los apaches”, señaló.
Por tanto, manifestó están en la disposición de apoyar a cualquier otra comunidad indígena de la entidad, para formar vínculos que ayuden a mejorar la situación de cada uno de los pueblos originarios que ha compartido historia con la tribu Apache en Sonora.
Al mismo tiempo, aseguró que continúan a la espera de que se materialicen estas nuevas disposiciones y que su asentamiento, ubicado en Nogales, sea intervenido por autoridades, pues todavía está pendiente la introducción de servicios públicos, como agua y luz eléctrica, además de que espera construir un centro ceremonial.
Apaches en Sonora, ¿dónde se asentaron?
Mientras tanto, la evidencia histórica establece la presencia de diferentes tribus apaches en Sonora, especialmente durante el siglo XIX, el cual estuvo marcado por incursiones sangrientas y periodos de paz con diferentes grupos pertenecientes a la etnia, indicó la historiadora Amparo Angélica Reyes Gutiérrez.
La académica resaltó que los apaches no son un solo pueblo o nación, sino que eran grupos disgregados, cada uno con su propio jefe, que se movían de forma independiente y sin contar con una unión política entre sí, siendo una población resultado de una de las últimas migraciones desde el norte de Canadá hasta el suroeste de Estados Unidos y noroeste de México.
“Cuando los apaches empezaron a ocupar estos territorios, van a entrar en conflicto con las poblaciones que ya vivían aquí y esa será la dinámica, un conflicto de guerra intermitente, con periodos de paz e intercambio, pero también espirales de violencia, de ataques mutuos, toma de cautivos, sustracción de ganado, entre otros”, agregó.
A mediados del siglo XIX, se tiene registro de que varias bandas apaches realizaron incursiones por el valle del Río Sonora y el Río Bavispe, los cuales eran utilizados como rutas hacia sus campamentos y santuarios, pero el conflicto se acentuó con la venta del territorio de México a Estados Unidos, dado que con la frontera se hizo más difícil que los pobladores se defendieran de los apaches.
“Se va a crear una dinámica de guerra donde los apaches tendrán ventaja en ciertos momentos, sobre todo en armas, porque los que se enfrentaban eran los habitantes de los pueblos afectados por las incursiones quienes los perseguían, con su propio dinero y eran armas obsoletas, mientras que los apaches tenían acceso al mercado de Nuevo México, donde podían intercambiar el ganado robado por armas nuevas”, dijo.
La intensidad de este conflicto comenzó a disminuir cuando el Gobierno de Estados Unidos pactó la rendición del reconocido indio Gerónimo, jefe de los apaches Bendoke, lo que ocurrió alrededor de 1886, cuando las Fuerzas Armadas del país vecino del Norte llegaron a Sonora para llevarse al comandante indígena.
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Estas incursiones fueron un factor que impedía la densidad demográfica en el Norte del Estado, además de que inhibía los viajes y el desarrollo de otras actividades, por lo que su efecto generó un importante impacto en Sonora.
“Me parece bien que se les reconozca, no se puede borrar la presencia apache en Sonora, se piensa que no son del Estado porque no eran una población sedentaria, porque en diferentes estaciones podían pasarlo acá, pero eso no quita que era parte de su territorio ancestral”, finalizó.