María Clemente se convirtió el año pasado en la primera diputada transexual en la historia del Congreso de México. Ella y su compañera Salma Liébano fueron elegidas como representantes de Morena y rompieron un techo para la comunidad LGTB. Sin embargo, un año después, los focos han vuelto a Clemente tras compartir explícitos videos pornográficos en su cuenta de Twitter. Las imágenes han sembrado la polémica en la política mexicana y varios miembros de la oposición han pedido su dimisión. La diputada reivindica una “sexualidad libre”, mientras su partido afirma que va a analizar las publicaciones en base a su código ético antes de tomar ninguna decisión.
El pasado año legislativo fue muy turbulento para Clemente. En marzo anunció que dejaba Morena por la “hipocresía” que había encontrado dentro del partido, sin embargo, tiempo después volvió a la bancada y en su perfil de redes sociales ha mostrado su apoyo al canciller Marcelo Ebrard, como candidato del partido para las elecciones de 2024. En una entrevista con EL PAÍS en septiembre de 2021, Clemente aseguraba que sus objetivos para la legislatura era modificar el artículo primero de la Constitución para hacerlo más inclusivo o regular para garantizar los derechos laborales de los repartidores y conductores de aplicaciones.
La pasada semana la diputada escribió una serie de tuits sobre sexualidad, en el que contaba que había elegido ser fiel a su pareja después de tener un encuentro en una plataforma de citas. Sin embargo, estos últimos días el contenido de la representante política ha escalado y ha compartido varios videos explícitos de felaciones o de bailes semidesnuda bajo la etiqueta “Trans is hot” (”Lo trans es sexy”, en su traducción al español).
Clemente ha recibido duras críticas por estas imágenes, entre las que hay insultos transfóbicos, que solo atacan a su condición de mujer trans. Ella ha defendido la difusión: “Es mi cuerpo, es mi decisión, mi cuerpo es mío, solo mío, tengo autonomía. Mi cuerpo no le pertenece al Estado”. La diputada ha señalado que también ejerce el trabajo sexual y que difundirlo en sus redes sociales personales no tienen nada qué ver con su trabajo legislativo.
Desde Morena han señalado: “Lo vamos a atender conforme a lo que establece la Ley General del Congreso de México y también con relación al Código de Ética”. Ignacio Mier, coordinador de la bancada de Morena, también ha señalado que va a ser analizado al interior del grupo parlamentario para emitir “una opinión con mayor certeza jurídica”. “Vamos a ver los alcances para no violentar ningún derecho ni hacer ningún juicio anticipado”, ha señalado.
Clemente, de 37 años, entró al Congreso por la vía de la representación proporcional del partido, es decir, los ciudadanos no la votaron directamente sino que resultó electa por el número de votos totales emitidos, en este caso, a Morena. Licenciada en Administración de Empresas, Clemente trabajó como conductora de aplicaciones durante un año y medio antes de empezar la legislatura.
En las elecciones de 2021 hubo alrededor de 40 candidaturas de personas trans y Clemente aseguraba a EL PAÍS que haber sigo elegida era “muy padre” por “ser una voz de una población en un lugar tan importante como es el Congreso, donde se regula”. Afirmaba que sus prioridades eran: “Atender a mis compañeras, impulsar una agenda a favor de la diversidad sexual y blindar desde la construcción de una estructura jurídica la integración de la población trans”.
En México, la violencia contra las mujeres transexuales no da tregua. En las pasadas semanas, cuatro mujeres fueron asesinadas. La organización Transgender colocó a México como el segundo país con más homicidios de mujeres trans del mundo, solo por detrás de Brasil, mientras la ONG Letra S registra 270 personas trans asesinadas de 2017 a 2021 en el país, de las que 40 de las víctimas fueron sometidas a múltiples violencias como golpes, sexual e indicios de tortura. En ese contexto, la elección de Clemente y Liévano en la Cámara de Diputados mexicana suponía un paso de gigante en el respeto a los derechos de esta comunidad.