En una votación de 10 a uno, el gabinete de Israel aprobó un alto al fuego con Hezbolá, el cual Estados Unidos confía sea permanente y ayude a restablecer la paz en Gaza, a más de un año de la guerra.
Pese al rechazo de la ultraderecha, pues el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, tachó este paso de “grave error”, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, defendió la negociación con EU y Francia al asegurar que esa organización terrorista no es la misma de antes, en referencia al retroceso de décadas sufrido al perder a sus máximas figuras, como Hassan Nasrallah, el mes pasado.
Horas después de que su ejército bombardeara a “gran escala” al rival en Daniyeh, el corazón de su movimiento en Beirut, empujó a los gabinetes de guerra y de gobierno a respaldar la estrategia, lo que tuvo éxito al resaltar que el cese de las hostilidades con el vecino del norte apaciguaría uno de sus siete frentes, con lo que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) redoblarán acciones contra Irán, régimen al que ve como la mayor amenaza por financiar a los grupos islámicos Hezbolá y Hamas, entre otros.
El funcionario precisó que la pausa tiene tres prioridades: centrarse en Irán, dar un respiro a las tropas desplegadas como parte de la Operación Flechas del Norte, cuando se intensificó la lucha, y aislar a Hamas, pues con Hezbolá fuera del choque ya no se beneficiaría de dividir la atención del ejército judío.
Los combates en la frontera entre Líbano e Israel terminarán.
Se trata de un cese permanente de las hostilidades, no se permitirá
que lo que quede de Hezbolá amenace la seguridad de Israel
Joe Biden, Presidente de Estados Unidos
No obstante, el premier enfatizó que no es el fin de la guerra con Hamas, perpetrador de la masacre del 7 de octubre del 2023. En un discurso dijo que Tel Aviv se reserva el derecho de legítima defensa contra el rival y reivindicó que sus tropas tienen “libertad de acción” en caso de que éste intente rearmarse o atacar, pues sería una violación al acuerdo.
Dicho plan, según fuentes estadounidenses citadas por medios, busca que soldados israelíes salgan a más tardar en dos meses de asentamientos en la frontera sur del vecino para que combatientes se replieguen casi 30 kilómetros al río Litani y reconstruyan la infraestructura dañada o derribada, el ejército libanés tome el control con cinco mil fuerzas y los civiles desplazados retornen a las provincias asoladas, pues la potencia de Occidente cree que “la paz en posible”.
Y aunque Netanyahu no expuso las condiciones de la paz, el presidente Joe Biden sí lo hizo al ratificar que la apuesta inicial es el retiro gradual de efectivos judíos para que la zona retome la normalidad al recalcar que el aliado no lanzó la guerra, sólo respondió a terroristas.
En conferencia, el estadounidense aseveró que el alto al fuego entraría en vigor al cierre de esta edición (04:00 horas, tiempo de Tel Aviv) y se concibió con miras a uno permanente, en lo que coincidió el primer ministro libanés, Najib Mikati, por ser un paso crucial para devolver la “calma a la región” y que celebró el secretario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, tras un prolongado sufrimiento.
La duración del alto el fuego depende de lo que ocurra en el Líbano (…) Si Hezbolá viola el acuerdo y trata de rearmarse, atacaremos. A cualquier violación responderemos con fuerza
Benjamin Netanyahu, Primer ministro israelí
El demócrata, quien está por dejar la Casa Blanca, sostuvo que la tregua, cuyo cumplimiento supervisará con Francia y Fuerzas Provisionales de las Naciones Unidas, busca impedir que Hezbolá se convierta otra vez en una amenaza para Israel y hasta extender con ayuda de Qatar, Egipto y Turquía este acuerdo a Gaza, territorio que suma más de 44 mil muertos en casi 420 días de combates y se convirtió “en un infierno”; lo que reconoció sería un importante legado a entregar a su sucesor, Donald Trump, en enero próximo, pues éste repitió que con él jamás se habría desatado un conflicto de tal magnitud.
No obstante, previo a la entrada en vigor de la tregua, periodo que definieron como “peligroso”, Hezbolá lanzó nuevos ataques, pues las FDI interceptaron drones contra los Altos del Golán en la misma jornada en la que el ejército dio el último golpe al disparar en 120 segundos contra 20 blancos, como almacenes y lanzadores, agresiones en las que mató a seis combatientes e hirió a 37 personas más, según una corrección del Ministerio de Sanidad, pues inicialmente se reportó un saldo de hasta 30 fallecidos.
Además, Benjamin Netanyahu recalcó enérgicamente que se mantendrá alerta al poner la mira sobre Teherán, pero que en cualquier momento reactivaría los bombardeos si el enemigo desiste de la paz, con la promesa de redoblar las embestidas con tal de recuperar la estabilidad y a los 101 rehenes que siguen atrapados en túneles desde hace 13 meses.
Con lo que pareció responder a las críticas de Itamar Ben Gvir, quien en X insistió que lo de ayer es un error “histórico” y sus soldados volverán a Líbano a combatir con terroristas, pues consideró que en vez de una tregua se debió implementar “nuestro propio cinturón de seguridad”.