ARABIA SAUDITA.
Los rebeldes hutíes de Yemen atacaron el sábado con drones la instalación procesadora de crudo más grande del mundo y un importante campo petrolífero en Arabia Saudí, desatando enormes incendios en una zona crucial para el suministro global de hidrocarburos.
Los ataques con esas aeronaves teledirigidas afectaron la mitad de los suministros provenientes del mayor exportador petrolero del mundo, aunque la producción recuperará su nivel en cuestión de días, según múltiples medios noticiosos que citaron fuentes no identificadas. Se desconocía si hubo heridos en la instalación de procesamiento de crudo Abqaiq y en el campo petrolero Khurais.
Esta acción sigue a ataques similares efectuados durante semanas contra la infraestructura petrolera del reino, pero al parecer ninguno causó la misma magnitud de daños. Los ataques podrían incrementar aún más las tensiones en el Golfo Pérsico en medio de un agravamiento de la crisis entre Estados Unidos e Irán después de que Washington se retirara del acuerdo nuclear que el gobierno iraní alcanzó con varias potencias mundiales.
Los hutíes apoyados por Irán, que controlan Saná, la capital yemení, y otros territorios en el país más pobre del mundo árabe, se adjudicaron los ataques, que se inscriben en su guerra contra una coalición encabezada por Arabia Saudí que lucha desde 2015 para restaurar en Yemen al gobierno reconocido internacionalmente. Sin embargo, Estados Unidos responsabilizó a Irán de los hechos a través del secretario de Estado Mike Pompeo, quien afirmó en un tuit: “No hay pruebas de que los ataques hayan provenido de Yemen”.
Irán ha lanzado ahora un ataque sin precedentes contra el suministro mundial de petróleo”, afirmó Pompeo.
En un breve discurso difundido por el canal noticioso vía satélite Al-Masirah, de los hutíes, el portavoz militar Yahia Sarie dijo que los rebeldes lanzaron 10 drones tras recibir respaldo de “inteligencia” de sus elementos desde el interior del reino. Advirtió que los insurgentes arreciarán sus ataques si continúa la guerra.
La única opción para el gobierno saudí es dejar de atacarnos”, apuntó Sarie.
Los rebeldes hutíes han estado usando drones en acciones de combate desde principios de la guerra encabezada por Arabia Saudí. Los primeros aparatos utilizados parecían modelos de aficionados, comprados en alguna tienda. Después se utilizaron modelos casi idénticos a los iraníes. Teherán niega abastecer armas a los hutíes, aunque las Naciones Unidas, Occidente y países árabes del Golfo Pérsico afirman lo contrario.
Investigadores de la ONU dijeron que el nuevo dron UAV-X de los hutíes tiene un alcance de 1.500 kilómetros (930 millas). Esta capacidad pone al alcance zonas distantes de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.
Lo primero que se supo sobre la agresión fue gracias a videos en línea de incendios gigantescos en las instalaciones de Abqaiq, unos 330 kilómetros (205 millas) al noreste de Riad, la capital saudí. Podían escucharse los disparos de ametralladoras en varios videos junto al primer llamado musulmán a orar, lo que deja entrever que las fuerzas de seguridad intentaron derribar los drones justo antes del amanecer. Durante el día, la televisión estatal saudí difundió un segmento con su corresponsal local cerca de un retén de la policía, y se veía una gruesa columna de humo detrás de él. El humo de los incendios podía captarse desde satélites en el espacio.
El Ministerio del Interior dijo en un comunicado que había una investigación en marcha, según la agencia noticiosa estatal Saudi Press.
Saudi-Aramco, el gigante petrolero estatal, no respondió a las preguntas de The Associated Press.
El presidente Donald Trump llamó al príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman para manifestarle su apoyo a la defensa del reino, dijo la Casa Blanca. El príncipe heredero le aseguró a Trump que Arabia Saudí está “dispuesta y puede confrontar y hacer frente a esta agresión terrorista”, según un comunicado que difundió la embajada saudí en Washington.
La embajada de Estados Unidos en Riad dijo no tener noticias de estadounidenses heridos. Saudi Aramco da empleo a varios ciudadanos de ese país, algunos de los cuales viven en complejos resguardados cerca del lugar.
Saudi Aramco describe su instalación procesadora de petróleo Abqaiq en Buqyaq como «la planta estabilizadora de petróleo crudo más grande del mundo”.
La instalación procesa crudo con alto contenido de azufre y lo convierte en crudo dulce, de ahí se transporta a puntos para embarque en el Golfo Pérsico y el Mar Rojo o a refinerías para producción local. Se estima que puede procesar hasta siete millones de barriles por día. En comparación, Arabia Saudí producía en julio 9,65 millones de barriles diarios de crudo.
Se cree que el campo petrolífero de Khurais produce más de un millón de barriles de crudo al día. Tiene reservas estimadas de más de 20.000 millones de barriles, según Aramco.
El precio del petróleo no se vio afectado de inmediato, ya que los mercados de todo el mundo estaban cerrados por ser fin de semana. El barril de petróleo crudo Brent se cotizaba en poco más de 60 dólares.
Aunque Arabia Saudí ha adoptado medidas para proteger al país y su infraestructura petrolera, analistas habían advertido que persistía la vulnerabilidad de Abqaiq. El Rapidan Energy Group, un grupo asesor con sede en Washington, advirtió en mayo que “un ataque exitoso podría interrumpir durante meses la mayor parte de la producción saudí y la extracción disponible”. El grupo describió a Abqaiq, próxima a la ciudad saudí de Dammam, como “la instalación petrolera más importante del mundo”.
La guerra en Yemen se ha convertido en la peor crisis humanitaria del mundo. La violencia ha dejado al país al borde de la hambruna y se ha cobrado más de 90.000 vidas desde 2015, según el grupo Armed Conflict Location & Event Data Project, ACLED, con sede en Estados Unidos y que monitorea el conflicto.