Ambulancias llegan a toda velocidad a los hospitales en Kansas, pero entonces cambian repentinamente de dirección porque están llenos.
La escasez de empleados en la ciudad de Nueva York, muchos enfermos por COVID-19, está demorando servicios como la recolección de basura y el metro. Se reducen las filas de los bomberos y los servicios de emergencias. Las autoridades debieron cerrar puntos de seguridad en la mayor terminal de aeropuerto de Phoenix y escuelas en todo el país pasan trabajo para encontrar maestros para sus aulas.
En el condado de Johnson, en Kansas, los paramédicos están trabajando 80 horas a la semana. Las ambulancias frecuentemente se han visto forzadas a alterar su curso cuando los hospitales a los que se dirigen les dicen que están abrumados, confundiendo a los ya ansiosos familiares que conducen detrás de ellas. Cuando las ambulancias llegan a los hospitales, algunos de sus pacientes de urgencia van a parar a salas de espera porque ya no hay camas.
En la ciudad de Nueva York, las autoridades han tenido que demorar o reducir los servicios de recolección de basura y el metro debido al virus. La Autoridad Metropolitana de Transporte dijo que una quinta parte de los operadores y conductores del metro —mil 300 personas— han estado ausentes en días recientes. Casi la cuarta parte de los trabajadores del departamento de Salubridad se han ausentado también.
La variante ómicron se disemina más rápidamente que otras del coronavirus y se ha vuelto la dominante en muchos países. Además, infecta más fácilmente a los ya vacunados o quienes han estado infectados previamente por otras variantes del virus. Sin embargo, los estudios más recientes indican que tiende a causar menos síntomas graves que la variante delta y que la dosis de refuerzo ofrece buena protección contra síntomas graves y hospitalización.
Aun así, su transmisibilidad fácil ha hecho que los casos se disparen en Estados Unidos, lo que está afectando a empresas, oficinas gubernamentales y servicios públicos por igual.