Alertan por daños a largo plazo por derrame en Tabasco

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El derrame de hidrocarburo que se registró en la costa de Paraíso, Tabasco, provocará severos daños a corto y largo plazo en la ecología de la región y en la economía de los lugareños, afirmó el ambientalista e integrante de la organización Conexiones Climáticas, Juan Manuel Orozco.

El pasado 8 de mayo, Pemex señaló en un comunicado que, tras el derramamiento, el ducto que conecta la plataforma Akal-C con la Terminal Marítima de Dos Bocas fue intervenido con dos abrazaderas metálicas para frenar la fuga; no obstante, el crudo ya había llegado a tierra y contaminó ecosistemas costeros y obligó al cierre de al menos cinco playas.

  •  El Dato: Tras el derrame de hidrocarburo, Petróleos Mexicanos informó que tenía acercamiento con pescadores para reactivar cuanto antes su giro comercial.

Asimismo, la empresa reconoció que una parte del volumen de crudo “arribó a la costa de la Terminal Marítima Dos Bocas en el municipio de Paraíso, Tabasco, en una extensión de siete kilómetros”. Aseguró que ya se realizan labores de limpieza que estarían por concluir.

Juan Manuel Orozco dijo a La Razón que, además de la destrucción de manglares y la muerte de pelícanos, cangrejos y algunas especies endémicas, hubo daño en la zona de pesca de ostión y de otros moluscos, actividad de la que dependen muchas familias.

“El cierre de playas significa una pérdida económica muy fuerte para las personas que dependen del turismo, y el ostión y otros moluscos van acumulando el petróleo derramado y ya no sirven para el consumo”, señaló.

  • 300 Barriles de hidrocarburo cayeron a las aguas del municipio de Paraíso, Tabasco
  • Mil 500 pescadores, aproximadamente, fueron afectados por el derrame de Pemex

De acuerdo con medios locales, el derrame alcanzó la Laguna de Mecoacan, un área natural protegida donde murió la fauna marina, además de que se tuvo afectaciones en la laguna del Bellote donde hay manglares.

Los pescadores de la zona denunciaron la laguna de Mecoacán, es una zona importante de pesca y producción de ostión, lo que les ha generado fuertes afectaciones económicas.

Algunos de los pescadores señalaron en días pasados que se vieron obligados a detener la pesca artesanal, pues el producto no puede venderse en esas situaciones, por lo cual sus ingresos se vieron gravemente afectados.

El ambientalista consideró que lo “preocupante” es que no es la primera vez que pasa, por lo cual, advirtió, si no hay una atención seria por parte de Pemex no solamente se va a repetir este fenómeno, sino que cada vez será más grave y recurrente.

“Me parece que hay una falta de información sobre el estado de la infraestructura y los riesgos a los que están expuestas las comunidades en cuanto a la calidad del agua y del aire; no solamente hay que pensar en el derrame de crudo, sino en el gas que se está quemando constantemente”, comentó.

Juan Manuel Orozco agregó que es necesario el revisar el presupuesto para el mantenimiento de la infraestructura de Pemex, para evitar casos como el de la contaminación de las playas en Paraíso, un daño que costará muchos años y mucho esfuerzo revertir.

“Si no se tiene el presupuesto para operar y al mismo tiempo darle mantenimiento a la infraestructura de Pemex, para prevenir estas afectaciones al medioambiente y a las comunidades, tendríamos que ir pensando en cómo vamos reduciendo la actividad petrolera”, advirtió.

A pesar de que la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) indicó que supervisará las acciones tomadas por Petróleos Mexicanos, el ambientalista Juan Manuel Orozco dijo que debería ser más activa para prevenir estos casos.

“Se tienen que tomar cartas en el asunto, es decir, la Agencia Nacional de Seguridad Industrial tiene que ser más activa para prevenir estos casos”, mencionó.

De acuerdo con información de Pemex, fueron 300 barriles de hidrocarburo, al menos, los que se derramaron en las costas tabasqueñas.

Ambientalistas han advertido que 70 por ciento de ese volumen de hidrocarburo se evapora en un periodo de 48-72 horas y el resto es la fracción pesada que queda flotando y arriba a las costas.

La fracción pesada, han indicado, permanece en el agua y dañaría a alguna persona “si la ingiriera a propósito”; además, los peces “evitan esas manchas”, aunque sí afectarían al cultivo de ostión, porque lo taparían.

El problema del derrame de chapopote es “por imagen turística”, ya que quien utiliza una playa con ese problema “sale manchado” del agua.

Para el ecosistema el impacto es menor y, además, el arribo de hidrocarburo en las aguas del mar es frecuente, pues Pemex tiene en esta región del Golfo entre 30 y 40 chapopoteras.


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